viernes, 30 de septiembre de 2011

Therewasonceawish


No sé lo que durará, ni tan sólo lo que quiero que dure.
Tan sólo sé que por una vez en mi vida siento que puedo bajar la guardia, que puedo simplemente disfrutar sin un miedo que me congele las entrañas.
Y es algo extrañamente agradable. Algo que sí me gustaría que durara.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Abre.

-No sé si echarme atrás.
-¿Ahora? ¿Precisamente ahora?
-Creo que he estado actuando a ciegas. Palpando las paredes. Buscando algo en el sitio equivocado. Creo que no sé lo que hacía.
-Lo que querías.
-Sí, pero ¿era realmente lo que quería o sólo lo que creía querer? ¿Y si ha decidido el corazón sobre mi cabeza? ¿Y si la decisión ha sido equivocada?
-Pues...no sé que decirte.
-Sólo me pregunto...qué viene ahora en el plan. Qué se supone que debería hacer ahora.
-Venga ya. Nunca ha habido plan. Eso era lo que querías pensar, "está todo controlado", "sé lo que hacer" ; ahora llega esto y te tambaleas.
-Necesito pensar.
-Hazlo. Pero no tardes mucho. No prolongues el sufrimiento más de lo necesario.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

thieves


Cada orquídea se parece a un determinado insecto, así que el insecto se siente atraído por esa flor, su doble, su alma gemela, y no hay un anhelo mayor para él que hacerle el amor; cuando el insecto se aleja, divisa otra flor alma gemela y le hace el amor, polinizándola, y ni la flor ni el insecto entenderán jamás el significado de este acto de amor, pero ¿cómo van a saber ellos que gracias a su danza el mundo sigue girando? y así es, por el simple hecho de hacer lo que están llamados a hacer ocurre algo grande y magnífico, en ese sentido nos enseñan a vivir, nos enseñan que el único barómetro que tenemos es el corazón, y cuando descubres tu flor no puedes dejar que nada te aparte de ella.

El ladrón de orquídeas

domingo, 11 de septiembre de 2011

-Sabía que no lo ibas a entender.


-No entiendo, desde luego. Nunca. Pero sé de qué se trata. Vuestras grandes causas, vuestras guerras, vuestra lucha por la salvación del mundo...Vuestro fin, que justifica los medios...Aguza el oído, Filippa. ¿Escuchas esas voces, esos chillidos? Estos gatos luchan por una gran causa. Por el dominio indivisible sobre un montón de desperdicios. No es poca cosa, vierten su sangre y se arrancan la piel. Están en guerra. Pero a mí, ambas guerras, la de los gatos y la tuya, me importan bastante poco.

La sangre de los elfos, Andrzej Sapkowski

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