martes, 16 de agosto de 2011

río de mierda


Creía que podía mejorar esto, que podía salir del agujero en el que nos metimos.
Pero no quieres.
No estás dispuesta.
No sé por qué, y ya no sé si me importa o si simplemente quiero huir de absolutamente todo.
¿Qué viene ahora? ¿Es el momento en el que mando todo a la mierda o el momento en el que trago y sigo?
Puedo tomar la elección, puedo decidir, y con una llamada, un rato de conversación o una quedada de cinco minutos acabar con esto. Puedo hacerlo. No hay problema.
El problema es autoconvencerme de que esto ha sido mediocre. Torpe. Triste. Repugnante. Y darte cuenta, una vez más, que las expectativas son sólo el oro que reluce por encima del barro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores