sábado, 11 de febrero de 2012

dontforget

Tenemos una extraña tendencia a creernos invencibles. Cuando todo parece ir bien, cuando sientes el control sobre todo cuanto te rodea, cuando cada cosa parece encajar en el gran rompecabezas de la vida. Es como si la prudencia se convirtiera en un mero y prescindible accesorio, nada importante, nada que fuera a salvarte la vida en momentos de duda o peligro. Si nada puede dañarte, si no puedes morir, ¿para qué ser cuidadoso?

Os confesaré algo. Soy invencible. Sí, lo soy. Puedes destrozarme físicamente, y me curaré. Puedes machacar mi psique y mi autoestima, y seguiré en pie. Puedes dejarme solo, abandonado en mitad del invierno, y conseguiré salir de la ventisca. Porque sé que puedo con todo ello.

No es eso lo que me aterra. Me aterra quedarme cojo de por vida si me destrozas. Me aterra convertirme en un neurótico sin autoestima ni seguridad psicológica alguna. Me da pánico ser un solitario incapaz de confiar en quien me tienda la mano.
El proceso es temporal, finito, pasajero, pero las consecuencias pueden ser vitalicias. Es eso lo que no quiero ser. Soy consciente de cada tara que me marca, de cada palabra insultante que he dicho, de cada mala cara o gesto de desprecio que ha esbozado mi rostro, pero también soy consciente de que no quisiera arrastrar todo ello durante toda mi vida.

Quisiera llegar a ser mejor de lo que soy en un futuro. Llamadlo mi proyecto, mi iluso proyecto, que quizás llegue a buen puerto o quizás no. Pero es lo único en lo que puedo confiar a veces. Que la tormenta terminará. Que las nubes se irán. Que no me dejarás solo.

3 comentarios:

  1. Hey Albert! tens alguna història llarga?? m'agradaria llegir-la! =^.^= Redactes molt be!

    ResponderEliminar
  2. He intentat escriure un llibre unes tres vegades però mai ha eixit res decent xD Fa poc vaig començar un manuscrit, si vols et passe el que duc escrit...

    ResponderEliminar

Seguidores