martes, 5 de junio de 2012

Con sombrero de luna.


Cada cama me recuerda a ti. El lecho ruidoso y estrecho del piso en Valencia. La cama de mi casa en el pueblo, con la colcha azul sobre la que nos tumbábamos. Tu cama, donde he ido a buscarte tantas veces. Cualquier otra cama, donde podrías estar, siempre cerca, entre sábanas, rozando las pieles, la ropa ligera.
Diría que he perdido la cuenta de los días, pero no lo he hecho. La llevo anotada en mi cabeza.
Mentiría si dijera que ha sido perfecto, que no hemos dudado, que ha sido fácil y que no nos hemos llevado algunas cicatrices. Mentiría, pero no quiero hacerlo. Ha quedado atrás y si no nos ha matado significa que nos ha hecho más fuertes. O quizá no más fuertes, pero sí más sabios. Más conscientes. Más tú y yo. Significamos más, somos más, algo se estrecha más y se hace más sólido.

Me gustaba tu mirada. Un tópico de barrio, pero no deja de ser verdad. Esos ojos verdes, ese ven y bésame, ese bebamos hasta que amanezca y lleguemos a verlo. Creía que era persona de excesos, pero contigo lo he confirmado. Y eres el exceso que más me gusta. Me gusta cada parte de tu cuerpo que beso y toco con suavidad, me gusta cada risa que te arranco y cada abrazo que consigo robarte, me gustan los helados, los parques, las películas, las patatas fritas, las magdalenas, los apuntes esparcidos, el sudor del sexo veraniego, nuestros cuerpos entrelazados. Todo lo que somos, todo lo que significamos.

¿Sabes? He creído muchas cosas. Creí en tenerte un día. Creí en tenerte dos. Creí no haberte tenido nunca. Creí tenerte para siempre. Y creo que sabes en qué creo ahora.

Quizás desaparezca de tanto en tanto. Unos días. Nada importante. Unos pocos más. Pero no me perderás la pista, no dejaré que lo hagas. Haré que vayas tras mi rastro. Y cuando creas que me has encontrado te encontraré yo a ti. Y haremos lo que siempre hacemos. Eso que tanto te gusta.

Y alguno de esos días dejaremos de desaparecer, de ir arriba y abajo. Me verás, y sabrás que vengo para quedarme.

Que no se te olvide.

...un que sembli impossible que pugui acabar.


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