martes, 18 de marzo de 2014

versos cobardes, III

Hay una lírica especial
en las canciones cantadas a solas
en el suave rasgueo de una guitarra matutina
tocada por un solo par de manos.

Hay cierta magia solitaria,
ausente, cuarteada,
en cocinar para uno,
en calentar una sola cafetera.

Momentos de una paz teñida
de añil y verde claro
abarcando la totalidad de una cama
con un solo par de brazos.

Una mirada tímida al techo
un hola al día
un adiós al amor
un brindis a la soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores