jueves, 27 de marzo de 2014

versos cobardes, IV

En calles empapadas de sol caminaba sola la lluvia. En una ciudad de barro reinaba un vendaval asolador.
Vidas de vestido violento manos hostiles, sexo con amor, piernas abiertas e intelecto hambriento, espirales ígneas de caníbal rencor.
Y orbitamos y orbitamos, errantes, ávidos, nucleares, cerrados, esperando mañanas de colisión.

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