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Pues parece que necesitábamos un final como éste.

Un punto y a parte para este 2013, dejamos tendido un telón corrido de lado, de tela desvencijada y raída, tela de tienda de campaña, sucia de tierra de descampado y polvo que arrastra el viento, apestando a humo y ceniza de hoguera festivalera, con gotitas de cerveza, ginebra, tequila, anís, lágrimas de risa.

Y capturamos esa última instantánea del año, las montañas de Tavernes iluminadas por los focos de los conciertos, por las luces del campamento atiborrado de tiendas que brotan como champiñones, por los fuegos solitarios que amenazan con prender fuego a todo, por esas melodías de dulzaina que brotan espontáneamente, que tan pronto hacen sonar A las barricadas como L'Estaca, por esas miradas cómplices por encima de las brasas.

Capturamos ese movimiento, ese agitamiento frenético que precede al pogo, ese baile errático, ebrio y empapado en alcohol, capturamos los cardenales del día siguiente.

Capturamos cada momento, cada amistad, cada abrazo, cada dos besos. Los capturamos y los enmarcamos con un hola, un adiós, un "ha sido un placer".

Miramos de reojo, en parte con miedo, en parte con esperanza, a 365 días, a reiniciar las cuentas atrás, limpiar las pizarras y las libretas. Escribir quizá con sangre, con sudor o con lágrimas -quién sabe- pero por favor, que sea con pasión.

Ojalá 2014 conserve lo bueno de 2013. Que conservemos ese gusto por el goce y el sabor de cada segundo vivido y sufrido. Que nos veamos las caras más a menudo y con menos ojeras. Que nos destruyamos y reconstruyamos con el brío que nos caracteriza. Ojalá haya una persona por cada día, alguien con quien compartir momentos, risas o un choque de jarras. Ojalá amores pasajeros, besos húmedos, sábanas y sudores. Ojalá vivamos un año más para hollar de nuevo el suelo de Tavernes.

Visca este Festivern, i visquen tots els que queden. I altre visca per vosaltres i per tot el que hem compartit. El joc torna a començar.